Uruguay insta a desarrollar incentivos financieros para luchar contra el cambio climático

El gobierno uruguayo cree que estos incentivos pueden estimular a que más países apliquen políticas sustentables, que permitan lograr una integración de la reconversión verde como parte de sus estrategias de desarrollo.

FINANZAS ASG24/07/2023 Redacción Reporte ASG
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Para Uruguay, incorporar estos incentivos financieros positivos sería una evolución significativa respecto al paradigma actual que existe en algunos bancos multilaterales de desarrollo (BMD).

En los últimos años, el gobierno de Uruguay ha venido abogando por la necesidad de luchar contra el cambio climático con innovación a través de la emisión de instrumentos de financiamiento soberano.

Así lo dejó claro Azucena Arbeleche, ministra de Economía de Uruguay, durante su reciente participación en la cumbre Unión Europea-CELAC, que se realizó en Bruselas con presencia de numerosos jefes de Estado, en la que participó en la mesa redonda sobre “Financiamiento Sostenible en América Latina y el Caribe: Potenciando el Mercado de Bonos Sostenibles”.

Durante este evento, tal y como lo reseña una nota de prensa oficial, Arbeleche no solo desarrolló la visión estratégica de Uruguay en el tema de finanzas sostenibles, sino que también explicó los pasos que viene dando este país en ese sentido e instó al resto de los países participantes a desarrollar los incentivos financieros para luchar contra el cambio climático.

En este sentido, la titular de Economía del gobierno uruguayo resaltó que se debería usar el poder de los incentivos financieros positivos para estimular a que los países apliquen políticas sustentables, empoderándose así en un proceso en el que se logre integrar la reconversión verde como parte de sus estrategias de desarrollo.

Un innovador bono sustentable

Arbeleche señaló que el Ministerio de Economía y Finanzas de Uruguay unió fuerzas con otros ministerios sectoriales, y con la ayuda del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Programa para las Naciones Unidas (PNUD), desarrolló un innovador Bono Sustentable Vinculado a Indicadores Climáticos.

Este Bono incorporó explícitamente dos indicadores: reducción de emisión de gases de efecto invernadero y la preservación del bosque nativo. A su juicio, estos indicadores contribuyen a dos bienes públicos globales ambientales complementarios como lo son mitigar el calentamiento global y preservar los sumideros de carbono clave.

“A través de un mecanismo financiero pionero, el bono vincula la tasa de interés del país al logro de metas climáticas y de naturaleza. En particular, acordamos con inversionistas y bancos, por primera vez para este tipo de instrumentos, recompensar al país reduciendo los costos de endeudamiento si Uruguay sobrepasa sus ambiciosos objetivos”, explicó Arbeleche en la cumbre Unión Europea-CELAC.

Alcanzar objetivos de sostenibilidad

Para el Ministerio de Economía y Finanzas de Uruguay la emisión de este Bono no solo fue una innovación en el financiamiento sostenible a escala global, sino que mostró la determinación política del gobierno para alcanzar los objetivos de sostenibilidad ante los inversionistas, la sociedad civil y la comunidad ambiental mundial.

“Los compromisos de NDC o Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional son ahora financieramente vinculantes. En otras palabras, caminamos lo que decimos”, subrayó la ministra en este evento.

Propuestas para préstamos multilaterales

El gobierno de Uruguay está convencido que esta misma lógica y mecanismo financiero pueden extenderse a los préstamos multilaterales. De hecho, bajo la presidencia de Uruguay en el Comité de Desarrollo del Fondo Monetario Internacional-Banco Mundial, durante 2022, se presentaron propuestas prácticas para lograr un progreso de impacto en la transición hacia una economía mundial baja en emisiones de carbono.

“Para hacerlo, hemos propuesto incorporar métricas ambientales en los préstamos de instituciones multilaterales y diferenciar las condiciones financieras de los préstamos en función de la capacidad de los países para proveer bienes públicos globales, como son los objetivos ambientales bajo el Acuerdo de París”, señaló Arbeleche.

Sobre este punto, explicó que los bancos multilaterales de desarrollo están en una posición única para contribuir a resolver un problema global compartido, como es el cambio climático. Por lo tanto, una forma concreta de hacerlo sería premiar el buen desempeño ambiental de sus clientes y subsidiar los intereses cuando se cumplan estos objetivos.

Los bancos multilaterales de desarrollo están en una posición única para contribuir a resolver un problema global compartido, como es el cambio climático

Superar viejos paradigmas

De acuerdo con lo expuesto por la representante del gobierno de Uruguay, incorporar estos incentivos financieros positivos sería una evolución significativa respecto al paradigma actual que existe en algunos bancos multilaterales de desarrollo (BMD), donde los países de medianos y altos ingresos enfrentan incentivos financieros negativos, debido a que sus tasas de endeudamiento para préstamos multilaterales aumentan a medida que aumentan su PIB per cápita.

Al mismo tiempo, subrayó que cualquier posible reducción de los intereses cobrados no debe provenir únicamente del propio balance general de los BMD, sino principalmente de las economías avanzadas más ricas, quienes cargan con la mayor parte de la responsabilidad de un crecimiento históricamente intensivo en emisiones de carbono que han conducido a la actual crisis climática.

“Esta sería una manera justa en la que los países desarrollados podrían cumplir su compromiso de desplegar los recursos prometidos para ayudar a los países en desarrollo a cumplir sus objetivos climáticos”, detalló la ministra.

Arbeleche concluyó afirmando que, para brindar soluciones a velocidad y escala, los BMD deben forjar una nueva visión estratégica que sea digna de las aspiraciones compartidas de sus países miembros.

El dato final

En octubre de 2022, Uruguay emitió el primer bono soberano vinculado a sustentabilidad (SLB, por sus siglas en inglés), cuyo objetivo es alinear la política de financiamiento soberano del país con sus metas climáticas, mediante la emisión de este instrumento cuyo cupón está condicionado al cumplimiento de las metas climáticas y ambientales que el país fijó en su primera Contribución Determinada a nivel Nacional (CDN) al Acuerdo de París.

Como señala una nota de prensa del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la emisión de este bono atrajo a 188 inversores de Europa, Asia, Estados Unidos y Latinoamérica, de los cuales el 21% son nuevos compradores de deuda del país. A su vez, Uruguay recibió demanda por un total de 3.960 millones de dólares, un monto ampliamente superior a los 1.500 millones de dólares que decidió emitir.

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