OPINIÓN | La evolución y consolidación de la Banca Verde: el atributo sostenible más allá de los “verdes”

Según este artículo de opinión, el auge del mercado de productos financieros sostenibles representa una oportunidad para que los bancos financien proyectos que combinen retorno económico con beneficios sociales y ambientales.

OPINIÓN SOSTENIBLE10/04/2025 Autor: Sandor Lukacs de Pereny*
banca verde
La banca verde no solo está guiada por un propósito sostenible demostrable y perdurable, sino que también fusiona rentabilidad con propósito.

https://www.linkedin.com/in/sandorlukacsdepereny/El dólar es una moneda que, pese a las volatilidades del mercado global actual a consecuencia de las acciones arancelarias de Trump, sigue siendo el billete “verde” predominante. Sin embargo, desde 2010, venimos presenciando la evolución y consolidación gradual de lo que se conoce como banca verde o banca sostenible. De hecho, se estima que el mercado de productos financieros sostenibles crecerá de US$5.4 billones a US$31.1 billones en 2032.

Este crecimiento sin duda representa una gran oportunidad para que los bancos continúen financiando proyectos que combinen retorno económico con beneficios sociales y ambientales. Para ello, los banqueros deberán continuar desarrollando nuevas competencias que van más allá del mero análisis financiero tradicional, ese enfocado únicamente en esos “verdes".

La transición de la banca tradicional con productos netamente de corte utilitario o rentista hacia un concepto de banca enfocada en impulsar proyectos e iniciativas que ciertamente generen utilidades en línea con externalidades positivas sociales, económicas y ambientales, viene ocurriendo con sumo vigor desde hace más de 15 años y a escala global.

Cuatro puntos específicos

En este sentido, el sector bancario viene siguiendo una palpable tendencia resumida en cuatro puntos específicos que demanda acciones y estrategias puntuales como:

  1. Alineamiento de las ambiciones sostenibles de los clientes con la estrategia del banco. Cada cliente tiene un nivel distinto de compromiso con la sostenibilidad. Por ende, un banco con una estrategia clara debe priorizar relaciones con clientes que compartan su visión y, cuando sea posible, ayudarlos a fortalecer su compromiso sostenible. En otras palabras, el mercado se puede crear, pero también se puede amoldar y educar canalizando esfuerzos hacia metas de mayor valor societal.
  2. Asesoramiento personalizado en sostenibilidad. Los banqueros deben comprender los riesgos climáticos inherentes a la propia naturaleza y su accionar y no necesariamente vinculándolos a la teoría del cambio climático antropogénico. Aspectos como fomento de capital para emprendimientos familiares que permiten réditos económicos pero que pueden mejorar sustancialmente la calidad de vida de las personas. Por ejemplo, créditos para la compra de equipos odontológicos para especialistas en zonas rurales que lo demanden o financiamiento de proyectos de energías renovables para zonas sin acceso eléctrico, forman parte de un abanico que va más allá de los “verdes.” En síntesis, consideramos que existen oportunidades sostenibles en cada sector y los productos financieros adecuados para cada situación. Esta perspectiva les permite asesorar de forma concreta.
  3. Generación de data ESG más pragmática, eficiente y centrada en el cliente. Una banca sostenible debe contar con información confiable sobre el impacto ambiental y social de sus clientes sin sobrecargarlos con solicitudes repetitivas o trámites burocráticos. Para ello, se debe aprovechar información pública, metodologías sectoriales y plataformas digitales que optimicen la recopilación y el uso de datos. Ahora bien, se debe tener claro que la métrica ESG viene siendo duramente criticada por el matiz político que se le atribuye en línea con acciones especulativas que no hacen mas que mellar su credibilidad e impacto. Como analogía emerge la figura de un cuchillo; este puede ser una herramienta o un arma. Depende del uso que se le de o de lo contrario aparecerán dudas y cuestionamientos como en el caso de la multimillonaria Blackrock (tema que por cierto podremos tocar en detalle en otra ocasión).
  4. El rol del banquero está evolucionando rápidamente. Para lograr impulsar y consolidar un producto sostenible en banca, se deben desarrollar nuevas habilidades y el respaldo de una estrategia clara del banco. En este sentido el recurso humano es capital (valga la redundancia). Adicionalmente, desarrollar una buena gobernanza de datos ESG que permita una gestión eficiente y centrada en el cliente resulta imprescindible. 

¿Financiar con propósito sostenible?

El sector bancario enfrenta una transformación clave impulsada por la creciente demanda de prácticas sostenibles bajo los principios ESG y los entredichos sobre su utilidad y propósito. Independientemente de ello y en respuesta, los bancos están rediseñando sus estrategias para promover un desarrollo económico que en teoría busca el famoso win-win (ganar-ganar).

A modo de ejemplo, entre las principales tendencias destacan la financiación sostenible compuesta por productos financieros como bonos verdes. Asimismo, encontramos préstamos destinados a energías limpias, eficiencia energética e infraestructura sustentable (Leed). 

Esta apuesta tiene como objetivo atraer a inversionistas alineados y empresas comprometidas con aspectos críticos que nuestra sociedad enfrenta, pero sustentados con evidencia concreta y no buenas intenciones de corte greenwashing.

De igual modo, la consecuente gestión de riesgos ESG continúa integrando criterios ambientales y sociales en las evaluaciones crediticias con miras a mitigar riesgos financieros y fomentar prácticas responsables en los clientes. 

Es en este punto que la gobernanza cobra protagonismo dado los esfuerzos de diversas entidades por mejorar la transparencia, fortalecer la confianza y robustecer el rendimiento institucional. En suma, estas tendencias idealmente situarían a la banca como un agente estratégico para liderar la transición hacia un futuro más prometedor, donde la rentabilidad y la responsabilidad vayan de la mano. Ese es un propósito sostenible. 

La banca como aliado estratégico en asociaciones público-privadas: el caso peruano

En marzo del presente año, la CAF (Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe), a través de CAF Asset Management Corp. (CAF-AM), organizó el evento “Asociaciones Público-Privadas: Hacia dónde vamos. Oportunidades y desafíos en el financiamiento de proyectos APP”, en colaboración con el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) y ProInversión.

Este encuentro estratégico reafirmó el papel clave que debe asumir la banca en el financiamiento de infraestructura sostenible, especialmente en contextos donde las asociaciones público-privadas (APP) se consolidan como mecanismos esenciales para dinamizar la inversión. En dicho espacio se destacó la necesidad de promover una reforma estructural que acelere la ejecución de proyectos estratégicos, subrayando que la banca debe contar con marcos normativos eficientes que fortalezcan la confianza del inversor y favorezcan la participación privada.

Al respecto, diversos ejecutivos de ProInversión, informaron sobre las directrices institucionales para atraer capital privado con una ambiciosa meta de movilizar US$16 mil millones en los próximos años. Esta movilización sin duda requiere de una banca activa, innovadora y comprometida con la sostenibilidad y la competitividad del país.

Cabe mencionar que Santiago Rojas, representante de CAF en Perú, reafirmó el compromiso del banco con el fortalecimiento del modelo APP mediante soluciones financieras innovadoras que “promuevan el desarrollo sostenible y la mejora en la calidad de vida de los ciudadanos.” Subrayó además que el rol de la banca como puente estratégico entre el sector público y privado debe ser un imperativo.

Por su parte, expertos del sector financiero, incluyendo representantes de BBVA, SMBC Group, CAF-AM y el IFC, también discutieron sobre los desafíos clave de las APP. Entre estos destacamos la estructuración financiera, la recuperación de inversiones, el marco regulatorio, la gestión de permisos y sostenibilidad de largo plazo, entre otros aspectos. El consenso fue que la banca debe liderar procesos de planificación eficiente, financiamiento estructurado y gestión activa para asegurar el éxito de los proyectos. No obstante, urge la promoción de mecanismos financieros sostenibles que consoliden infraestructura, modernas y de alto impacto para el desarrollo del Perú.

En conclusión, la banca verde, esa guiada por un propósito sostenible demostrable y perdurable, es aquella que fusiona rentabilidad con propósito. En países emergentes, esto es esencial en términos de inclusión financiera, bancarización y trazabilidad tributaria, por mencionar algunos puntos relevantes. Dichos servicios deben ser orientados a poblaciones vulnerables, ampliando el acceso y generando nuevas oportunidades de negocio puesto que el rol del estado en América Latina es cada vez más feble e ineficiente. Una visión más allá de los “verdes”.

Sandor Lukacs de Pereny - articulista Reporte ASG
*Ph.D.en Management por la UNSW Business School (Australia). Líder senior con más de 25 años de experiencia en operaciones, sostenibilidad y estrategia. Chief Operations Officer en uno de los colegios más prestigiosos del Perú. Ha trabajado en sectores tan diversos como minería, consumo masivo, educación y turismo. Su enfoque combina estrategia operacional, gestión basada en evidencia y pensamiento sistémico.
LinkedIn: https://www.linkedin.com/in/sandorlukacsdepereny/

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