Un Informe presentado en la reunión de Davos refiere que las economías de altos ingresos destacan en innovación e inclusión, mientras que las economías de bajos ingresos resaltan en sostenibilidad.
ASG EN DATOS17/01/2024 Redacción Reporte ASG
Un nuevo informe del Foro Económico Mundial, presentado en el marco de su reunión anual que se celebra en Davos (Suiza), exige un nuevo enfoque del crecimiento económico que equilibre la eficiencia con la sostenibilidad y la equidad a largo plazo, examinando la velocidad y la calidad juntas.
El Informe sobre el futuro del crecimiento 2024, como se titula esta investigación, funciona como una herramienta basada en datos destinada a evaluar cuantitativamente cómo se compara el crecimiento de los países en términos de sostenibilidad, inclusión, innovación y resiliencia.
Al respecto, este informe del Foro Económico Mundial revela que la mayoría de los países continúan creciendo de maneras que no son sostenibles ni inclusivas y tienen una capacidad limitada para absorber o generar innovación y minimizar su contribución y susceptibilidad a las crisis globales.
Además, ofrece una reevaluación del crecimiento económico mundial, presentando un nuevo marco que adopta una mirada al PIB junto con la calidad del crecimiento en 107 economías. El estudio también destaca una importante desaceleración económica, que se estima caerá a la tasa más baja en tres décadas para 2030, en medio de shocks económicos y geopolíticos en curso.
Asimismo, el informe señala que esta recesión viene exacerbando una serie de desafíos globales interconectados, incluida la crisis climática y un contrato social debilitado, que en conjunto están revirtiendo el progreso en el desarrollo global.
"Reavivar el crecimiento global será esencial para abordar desafíos clave, pero el crecimiento por sí solo no es suficiente. El informe propone una nueva forma de evaluar el crecimiento económico que equilibra la eficiencia con la sostenibilidad, la resiliencia y la equidad a largo plazo, así como la innovación para el futuro, alineándose con las prioridades tanto globales como nacionales", afirmó Saadia Zahidi, directora general del Foro Económico Mundial, según reseña la nota de prensa oficial.
El pilar de inclusión, que mide en qué medida la trayectoria de una economía incluye a todas las partes interesadas en los beneficios y oportunidades que crea, tiene uno de los niveles más altos a nivel mundial con puntuación media de 55,9 sobre 100.
Sobre este punto, el informe indica que la mayoría de las economías no logran garantizar que los beneficios y oportunidades del crecimiento sean compartidos entre todas las partes interesadas. Las desigualdades de ingresos y riqueza están aumentando a nivel mundial, y los países en desarrollo enfrentan desafíos adicionales relacionados con un acceso insuficiente a servicios básicos y sistemas de protección social deficientes.
Mientras tanto, el promedio global de la dimensión de sostenibilidad, que mide hasta qué punto la trayectoria de una economía puede mantener su huella ecológica dentro de límites ambientales finitos, es 46,8 sobre 100.
El informe destaca que, a pesar del reciente aumento de las finanzas verdes, las asignaciones de capital aún son insuficientes para lograr un cambio sistémico, y las limitaciones tecnológicas limitan una transición hacia economías que funcionen 100% con energía renovable.
Además de los desafíos comunes de la transición, el estudio resalta que los países con diferentes niveles de ingresos enfrentan diferentes problemas. Las economías de altos ingresos siguen siendo importantes emisores, pero lideran el desarrollo de tecnología ambiental; mientras que las economías de bajos ingresos, si bien emiten menos, enfrentan el desafío de generar crecimiento económico dando un salto directo hacia tecnologías más nuevas y limpias.
Por su parte, la dimensión de innovación, que capta la medida en que la trayectoria de una economía puede absorber y evolucionar en respuesta a nuevos desarrollos tecnológicos, sociales, institucionales y organizacionales para mejorar la calidad del crecimiento a más largo plazo, logra el puntaje global más bajo, con un promedio global de 45,2 sobre 100.
El marco expone una marcada brecha en la capacidad de las economías para adaptar y evolucionar sus modelos de crecimiento en respuesta a los avances tecnológicos, sociales e institucionales. Si bien las tendencias de innovación y digitalización proyectan caminos divergentes para las economías avanzadas y en desarrollo, las limitaciones de disponibilidad de talento favorecen cada vez más a los países en desarrollo.
En cuanto a resiliencia, cuyo promedio global es 52,8 sobre 100, el informe resalta que es un área en la que la capacidad de las vías de crecimiento de los países para capear y recuperarse de shocks varía significativamente.
Desde la pandemia de Covid-19, muchos países han comenzado a poner énfasis en políticas más introspectivas. Esto puede convertirse en un arma de doble filo. Por un lado, se necesitan algunos esfuerzos más localizados, como aquellos que fortalecen la arquitectura financiera local o participan en inversiones proactivas para las habilidades y el cambio demográfico.
Por otro lado, confiar en redes internacionales bien diversificadas promete construir sistemas nacionales y globales más resilientes. Por ejemplo, las cadenas de suministro de los países se vuelven más resilientes al expandir y diversificar su base de proveedores, en lugar de intentar volverse más autosuficientes.
Al mismo tiempo, ningún país puede ser plenamente resiliente por sí solo en cuestiones como el cambio climático o los impuestos corporativos globales. En estos y otros aspectos, la cooperación global es la única manera de reforzar la resiliencia tanto global como nacional.
De acuerdo con el informe, las economías de altos ingresos, con un PIB promedio de 52.475 dólares per cápita (en paridad de poder adquisitivo) en 2023, experimentaron un crecimiento anual promedio del PIB per cápita del 1,01 % en los últimos cinco años, 2018-2023.
Su trayectoria de crecimiento se caracteriza generalmente por puntuaciones altas en inclusión (68,9), innovación (59,4) y resiliencia (61,9), pero hay margen para mejorar en sostenibilidad (45,8).
En este reglón, los desafíos comunes que impiden un crecimiento más sólido y equilibrado incluyen la disponibilidad de talento, el acceso a igualdad de oportunidades en el lugar de trabajo, el lento desarrollo y adopción de tecnologías verdes, y la insuficiente capacitación y aprendizaje permanente.
En cuanto a las economías de ingresos medios altos, con un PIB promedio de 17.900 dólares per cápita en 2023, el informe subraya que estas experimentaron un crecimiento anual promedio del PIB per cápita del 1,32 % en los últimos cinco años.
Su trayectoria de crecimiento generalmente presenta un énfasis relativamente alto en la inclusión (54,8) y la resiliencia (50,0), con margen para mejorar en la sostenibilidad (44,0) y la innovación (39,3).
En esta categoría, los desafíos comunes que impiden un crecimiento más sólido y equilibrado incluyen la capacidad de investigación, la desigualdad de riqueza e ingresos, la alta intensidad de energía no renovable y la producción de residuos, y la estabilidad financiera.
El informe menciona a las economías de ingresos medios bajos, con un PIB promedio de 7.633 dólares per cápita en 2023, que experimentaron un crecimiento anual promedio del PIB per cápita del 1,95 % en los últimos cinco años.
Su trayectoria de crecimiento generalmente se ha centrado en la resiliencia (45,8), con puntuaciones más altas en sostenibilidad (50,0) que las economías más ricas, pero espacio para mejorar en inclusión (44,8) e innovación (34,9).
Los desafíos comunes que impiden un crecimiento más sólido y equilibrado de este grupo incluyen la absorción de tecnología, la falta de redes de seguridad social, la inversión insuficiente en energía renovable y la capacidad insuficiente del sistema de salud.
Sobre las denominadas economías de bajos ingresos, con un PIB promedio de 1.533 dólares per cápita en 2023, estas experimentaron un crecimiento anual promedio del PIB per cápita de solo 0,22% en los últimos cinco años.
Su trayectoria de crecimiento se caracteriza generalmente por una huella ambiental per cápita mucho más ligera, lo que se traduce en un alto desempeño en materia de sostenibilidad (52,7), pero con margen para mejorar en resiliencia (39,0), inclusión (29,9) e innovación (26,8).
Los desafíos comunes que impiden un crecimiento más sólido y equilibrado de este grupo incluyen el capital y la conectividad de las TIC, el acceso a la conectividad y a una nutrición saludable, una regulación ambiental insuficiente y una diversificación insuficiente de las fuentes de energía.
Junto con este informe se lanzó en Davos la iniciativa El Futuro del Crecimiento del Foro, un esfuerzo de dos años del Foro Económico Mundial, la cual está destinada a trazar una nueva narrativa para el crecimiento económico y apoyar a los responsables políticos de todo el mundo, junto con economistas y otros expertos, a identificar los mejores caminos en equilibrio. objetivos de crecimiento, innovación, inclusión, sostenibilidad y resiliencia.
Esta iniciativa encabezará una campaña de dos años destinada a inspirar debates y acciones para trazar nuevos caminos para el crecimiento económico y apoyar a los responsables de políticas para equilibrar los objetivos de crecimiento, innovación, inclusión, sostenibilidad y resiliencia en todo el planeta.
El Informe sobre el futuro del crecimiento 2024 refiere que, a nivel individual, ninguna de las 107 economías cubiertas por este estudio ha alcanzado una puntuación superior a 80 sobre 100 en ninguna de las cuatro dimensiones del marco.
El informe además proporciona datos a nivel de país que permiten a los responsables de políticas evaluar el carácter y la naturaleza del crecimiento económico de un país e identificar áreas potenciales de mejora y posibles sinergias.
La cuarta edición del Índice de Inclusión Financiera (IIF) analiza la relación de los ciudadanos con el sistema financiero en ocho países, a partir de tres dimensiones de medición: acceso, uso y calidad percibida.
Esta cifra récord fue publicada en el Informe Conjunto sobre Financiamiento Climático de los Bancos Multilaterales de Desarrollo de 2023, el cual fue coordinado por el Banco Europeo de Inversiones (BEI).
Un estudio elaborado por ambas instituciones revela que una oferta más robusta e integral en el acceso a productos y servicios a este segmento, podría representar ingresos anuales de US$633 millones en este país.
Los bancos multilaterales de desarrollo estimaron en esta conferencia que su financiamiento climático colectivo anual destinado a los países de ingreso bajo y mediano alcanzará los US$120.000 millones para el año 2030.
BID Invest además presentó en el evento su Reporte anual sobre asignación e impacto de bonos sostenibles, donde se revela que ha destinado US$3.700 millones en este tipo de instrumentos para impulsar el impacto verde y social.
Este instrumento financiero, valorado en RD$500 millones, está diseñado para financiar proyectos de impacto social, iniciativas verdes o la combinación de ambas en este país. Este bono tiene un plazo de cinco años.
CAF anunció que 35% de sus operaciones de financiamiento serán verdes al cierre de 2024. Además presentó sus iniciativas de adaptación al cambio climático que reducen riesgos y aumentan la resiliencia.
Este acuerdo impulsa una estrategia conjunta basada en intercambio de información, conocimientos y experiencias. Además se divulgarán buenas prácticas y ejecutar propuestas de financiamiento sostenible.
En una declaración formal se propone que los países ricos contribuyan con esta cifra a las finanzas climáticas de los países en desarrollo. Esto generó descontento en varios países que consideran insuficiente este monto.