Desarrollado con el gobierno brasileño, este plan respalda las prioridades de desarrollo de Brasil, que se establecen en su Plan Plurianual (PPA) para 2024-2027 y el Plan de Transformación Ecológica (PTE).
ACTUALIDAD ASG18/04/2024 Redacción Reporte ASG
Una economía más productiva, inclusiva y más verde es el núcleo de la nueva asociación estratégica entre el Grupo del Banco Mundial (GBM) y el gobierno de Brasil, que tiene como base un plan para el período 2024-2028 que guiará el trabajo conjunto del grupo para así promover el desarrollo inclusivo y sostenible, mientras se aborda el cambio climático en este país.
Desarrollado en estrecha coordinación con el gobierno brasileño, este plan estratégico respalda las prioridades de desarrollo de Brasil, tal como se establecen en su Plan Plurianual (PPA) para 2024-2027 y el Plan de Transformación Ecológica (PTE).
También considera las ambiciones del sector privado brasileño de mejorar el entorno empresarial del país y ayudar a las empresas a sobresalir en el escenario global, tal y como lo indica el comunicado de prensa oficial.
Johannes Zutt, director del Banco Mundial para Brasil, indicó que el objetivo general de esta estrategia es ayudar a Brasil a construir una economía más productiva, inclusiva y verde, incluso en la Amazonía y otros biomas claves, al mismo tiempo que apoya la gobernanza institucional y la reducción de las disparidades raciales y de género de manera sistemática.
“Nuestras actividades se centrarán en promover una mayor productividad y empleo, la inclusión de las poblaciones pobres y desatendidas y una economía más verde con menor vulnerabilidad a las crisis climáticas”, agregó Zutt.
Esta estrategia busca mejorar la productividad en Brasil, abordando impedimentos de larga data para desarrollar una economía más competitiva. Esto implica trabajar para reducir el costo de ampliar el acceso a la financiación, impulsar el capital humano, promover la innovación y la infraestructura moderna (especialmente digital, transporte y logística), así como ayudar a atraer inversión privada en todos estos frentes.
“La movilización de capital privado está en el centro de nuestro plan estratégico en Brasil. Para garantizar un desarrollo sostenible e inclusivo, el sector privado debe desempeñar un papel clave, centrándose en un modelo de crecimiento orientado a la productividad, al mismo tiempo que promueve la innovación y ayuda al país a reducir sus emisiones”, afirmó Manuel Reyes-Retana, director regional de IFC para Brasil, Ecuador, Perú, Bolivia y el Cono Sur.
Reyes-Retana también refirió que el Grupo del Banco Mundial apoyará la expansión de las finanzas y el capital sostenibles. desarrollo del mercado para canalizar inversiones en sectores que son esenciales para apoyar a Brasil en su estrategia de adaptación y mitigación climática.
Para promover la inclusión, la estrategia del Grupo Banco Mundial apoyará políticas que ayuden a los más pobres a aprovechar más oportunidades económicas, a través de mejorar su acceso a educación de alta calidad, servicios de atención médica, agua y saneamiento y servicios digitales, así como apoyar la regulación de la tenencia de la tierra en las zonas rurales.
El grupo también apoyará soluciones financieras para pequeñas y medianas empresas propiedad de mujeres (WMSE), con especial atención a las empresas desatendidas en las regiones norte y noreste de Brasil.
La sostenibilidad, desde un punto de vista ambiental, también es un objetivo central de la nueva estrategia del Grupo Banco Mundial, cuyo objetivo es ayudar a Brasil a alcanzar su potencial como líder climático global.
Para ello, esta estrategia tiene un enfoque importante en apoyar políticas y proyectos para ampliar la matriz de energía limpia de Brasil y ayudar a los productores rurales a resistir los impactos del cambio climático, garantizando al mismo tiempo la sostenibilidad y la seguridad alimentaria.
La estrategia además busca ayudar a las industrias y ciudades a reducir las emisiones de carbono, frenar la deforestación ilegal, mejorar la gestión de los recursos naturales, establecer taxonomías y movilizar financiamiento climático a través de bonos verdes y azules e instrumentos vinculados a la sostenibilidad.
Para apoyar a Brasil en sus esfuerzos por detener la deforestación, avanzar en iniciativas de bioeconomía y promover el desarrollo sostenible en la Amazonía, son esenciales alianzas sólidas e innovadoras.
Por esta razón, la estrategia potencia los esfuerzos existentes en estas materias en Brasil como el Memorando de Entendimiento con el BID firmado en agosto de 2023 y las discusiones con BNDES para apoyar la implementación del Fondo Climático.
También incluye colaborar con nuevos socios, como la Agencia de Cooperación del Tratado Amazónico (ATCO), y varios bancos y agencias brasileños, como EMBRAPA.
La nueva estrategia fue elaborada conjuntamente por las instituciones del Grupo Banco Mundial que operan en Brasil: el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF), la Corporación Financiera Internacional (IFC) y la Agencia Multilateral de Garantía de Inversiones (MIGA).
Asimismo, cuenta con el apoyo del gobierno de Brasil, representado por los Ministerios de Finanzas y Planificación y Presupuesto, y fue desarrollado en consulta con representantes de estados y municipios, el sector privado, la academia, la sociedad civil, los pueblos indígenas y los grupos afrobrasileños.
Esta alianza fortalecerá la cooperación en iniciativas de investigación y políticas públicas, así como promoverá el desarrollo sostenible en la región, enfocándose en el progreso económico, social y ambiental.
Esta iniciativa de Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) de Uruguay nace del entendimiento de que las micro, pequeñas y medianas empresas tienen un papel esencial en la promoción del desarrollo sostenible.
DEG es la primera institución financiera de desarrollo en unirse a esta red, además de los patrocinadores fundadores, BID y IFC, lo que representa un paso importante en el objetivo de fortalecer este programa.
Simon Stiell, secretario ejecutivo de la ONU sobre el Cambio Climático, pidió que se acordara un nuevo objetivo para la financiación para la lucha contra el cambio climático y se activen los mercados internacionales del carbono.
Las nuevas normas aprobadas conciernen a los países que buscan compensar sus emisiones comprando créditos a naciones que han reducido los gases de efecto invernadero más allá de lo que habían prometido.
Los bancos multilaterales de desarrollo estimaron en esta conferencia que su financiamiento climático colectivo anual destinado a los países de ingreso bajo y mediano alcanzará los US$120.000 millones para el año 2030.
BID Invest además presentó en el evento su Reporte anual sobre asignación e impacto de bonos sostenibles, donde se revela que ha destinado US$3.700 millones en este tipo de instrumentos para impulsar el impacto verde y social.
Este instrumento financiero, valorado en RD$500 millones, está diseñado para financiar proyectos de impacto social, iniciativas verdes o la combinación de ambas en este país. Este bono tiene un plazo de cinco años.
CAF anunció que 35% de sus operaciones de financiamiento serán verdes al cierre de 2024. Además presentó sus iniciativas de adaptación al cambio climático que reducen riesgos y aumentan la resiliencia.